Hellblade: Senua's Sacrifice (2017)

Hellblade: Senua's Sacrifice (2017)

Los británicos Ninja Theory llevan más de una década trabajando como soldados de fortuna de una industria en la que no terminaban de destacar. En 2017, “Hellblade: Senua's Sacrifice” se ha convertido en el juego que tanto tiempo llevaban esperando, quizás no solo ellos, si no además todo el medio.

La idea detrás de este título es transmitir al jugador las sensaciones de sufrir enfermedades mentales. No sé hasta que punto será un objetivo conseguido, pero lo que es seguro es que el juego transmite sensaciones, y todas ellas nuevas y originales. El jugador controla a una guerrera nórdica que busca devolver a la vida a su difunto amado. En su viaje a través de inhóspitos lugares tendrá que hacer frente a terribles enemigos y lo que es más importante, a sus propios demonios interiores.

Nada más comenzar el juego nos recomienda jugarlo con auriculares, y a lo que añadiría a oscuras. De esta forma se propicia la inmersión en el juego. Porque todo lo que propone el juego va encaminado a que experimentemos un viaje sensorial, que a través de la vista y el oído podamos sentir el juego también en la piel. Empezando por la perspectiva desde la que controlamos a la protagonista, que además de añadir espectacularidad a, por ejemplo, los combates, también sirve para potenciar la inmersión. Siguiendo por ejemplos directos como pueden ser la distorsión de la imagen, los sonidos ASMR, o incluso la narración elocuente de mitos y leyendas de la cultura escandinava, pero hay muchos más. Nunca un juego se había centrado tanto en esto y nunca había conseguido un resultado tan espectacular. Si entras en el juego, la experiencia puede llevarte donde quiera, a sentir agobio, miedo, angustia, satisfacción… El viaje sensorial y la narración son una montaña rusa de sensaciones que cada vez alcanza un punto más alto. A esto hay que sumar que además de conseguir esto, Ninja Theory va un paso más allá y la inmersión es solo un instrumento para trasmitir otras ideas, en este caso relacionada con la psicosis y otros problemas psicológicos.

Llegados a este punto he de recordar que “Senua's Sacrifice” es un juego, y como tal, se juega. Y no se ha descuidado tampoco este aspecto, usándolo para potenciar todo lo que antes mencionaba. No me atrevo a especificar hasta que punto las propias mecánicas de juego pueden llegar a ser metáforas de las psicosis de enfermos mentales, pero a algunas hay que reconocerles el mérito. Puedo mencionar los saltos entre ambientes luminosos a tenebrosos, o la obsesiva búsqueda de símbolos que son las que abren el camino para avanzar. Y por supuesto los combates, como descarada metáfora de la lucha de su protagonista contra su enfermedad. Quizás jugablemente se quede muy corto, y sea hasta repetitivo, pero dado todo lo que implica en la experiencia es algo que puedo perdonar.

Una propuesta tan arriesgada y poco mainstream como esta no sería posible sin un estudio que conservara un carácter independiente, pero por el contrario para conseguir su objetivo ha resultado esencial conseguir un apartado visual puntero. Una incongruencia en la industria del videojuego que satisfactoriamente se da en “Senua's Sacrifice”. El título condensa su desarrollo en entornos relativamente pequeños para poder centrar los recursos en mejorar el aspecto visual de lo que tenemos delante y lo consigue de sobra. Y para no desentonar con otros aspectos del juego, las virguerías tecnologías también van encaminadas a su objetivo final. Por ejemplo, el espectacular uso de la luz va en sintonía con el estado de ánimo de la protagonista en cada momento. Y sus animaciones faciales sirven para enfatizar el efecto de la interpretación de la actriz, que por cierto lo hace realmente bien.

Mientras jugaba “Hellblade: Senua's Sacrifice” no podía dejar de pensar que estaba ante algo muy serio, no ante un simple videojuego. Podrá gustarte más o menos, pero no sé puede dudar de su intención de ser un producto que logré tirar barreras, trascender sobre el propio medio. Puede que esté sea el Mesías que muchos esperaban desde hace décadas y que dará el paso clave en la maduración de los videojuegos. Más allá de aspectos puramente jugables, este título se eleva sobre todos los demás y los deja en ridículo, cómo si fuesen algo del pasado, juegos de niños. Esto descubre un nuevo campo en los videojuegos. Con los avances tecnológicos es algo muy esperanzador en el futuro cercano, y quien sabe si será la antesala de un cambio de paradigma en un medio que, reconozcámoslo, tiene aun muchos caminos por recorrer.

Desarrollador: Ninja Theory Guión: Tameem Antoniades Música: David García, Andy LaPlegua

Reino UnidoReino Unido | 2017 | Videojuego |