Zelda II: The Adventure of Link (1987)

Zelda II: The Adventure of Link (1987)

Con la idea de dar continuidad al éxito de “The Legend of Zelda”, pero a la vez buscando un enfoque distinto, Nintendo prepara un grupo de desarrollo nuevo para encargarse de esta continuación en la que solo Miyamoto repite, y solo como productor. El resultado fue el que quizás sea el juego más incomprendido dentro de la famosa serie.

No es extraño, “The Adventure of Link” apenas si conserva alguna característica de la primera entrega, para cambiar completamente las dinámicas de juego. El título divide la acción en dos secciones bien diferenciadas, con lo que les quedó un hibrido muy extraño, incluso para aquella época. Por un lado podemos mover a Link en un mapa general con una vista aérea, en el que podemos hacer poco más que explorar y esquivar enfrentamientos con enemigos. Desde ahí es donde accedemos en puntos concretos a secciones en la que la perspectiva cambia a una vista 2D lateral, para dar paso a una jugabilidad de plataformas de acción, en las que sí encontramos combates directos con enemigos.

Creo que hasta sus mayores detractores deben reconocer que ver a Link desde el lateral es mucho más vistoso visualmente de lo que fue en la primera entrega. Personalmente me produce mucha nostalgia porque me recuerda a mi primer contacto con la franquicia, que fue la Game and Watch que lanzó Nintendo a finales de los 80.

No solo se parecen en eso, porque, al igual que en la maquinita, este Link hace buen uso de su escudo para defenderse de los ataques enemigos, algo que será esencial aprender. En esos combates puede apreciarse el gran diseño de juego, proponiendo controles simples, muy muy básicos, pero que componen combates más complejos, en los que hay que atacar, saltar y defenderse de formas distintas dependiendo de cada tipo de enemigo. Ese buen diseño de juego se extiende, como no podía ser de otro modo, al uso de los tutoriales invisibles, que nos enseñan de forma elegante, simple y efectiva detalles como que con carrerilla se puede saltar más alto.

Una novedad en este Zelda, y que ya forma parte intrínseca de la serie, es la inclusión de los poblados. A través de escuetas (y crípticas) frases, sus habitantes nos darán pistas para avanzar. Algunas imprescindibles, y otras para conseguir secretos ocultos. Porque evidentemente este Zelda vuelve a estar repleto de secretos y recompensas para los jugadores más curiosos, pero sin la necesidad absurda de ir probando por todos los lados.

Cambios en la perspectiva, en la jugabilidad… también en la dificultad. Si bien antes la cuestión era por donde continuar, donde encontrar y usar las nuevas habilidades, aquí eso permanece aunque se simplifica un poco. Aquí la dificultad radica principalmente en saber desenvolverse en los momentos de acción. El juego es difícil, no puede negarse, sobre todo al principio. Es normal tener que repetir muchas veces partes del juego, en ocasiones de forma frustrante, para encontrar el siguiente palacio o esa habilidad que nos acorte un poco el camino al final del juego. Pero esa dificultad aunque dura, está bien medida. Con cada partida llegaremos un poco más lejos. El hecho es que a los enemigos se les puede matar fácilmente si se juega bien, a eso nos obliga el juego. De ahí se obtiene esa sensación de vivir una aventura épica en la que, depurando nuestra técnica, nos volvemos cada vez más poderosos… aparte de las más explicitas subidas de nivel de nuestro personaje. Sí, porque otra novedad es la subida de niveles de magia, ataque y vida a través de unos puntos que obtenemos eliminando enemigos, y que perderemos si morimos sin haberlos gastado. He aquí uno de los asombrosos aspectos de este Zelda en concreto que los Souls rescataron veintitantos años después. Es más, para mí este “Zelda II” es el auténtico “Dark Souls” de 8 bits.

Descubrir esto es buen motivo para jugar este juego hoy día, pero es que además, al acabarlo, reconozco que se trata de un título muy jugable aun en la actualidad, diría que más que la primera entrega. Y es que en general esta segunda parte ha aguantado mejor el paso del tiempo. Se nota un juego con características más modernas, por ejemplo la mayor complejidad de los jefes finales, por eso me extraña que haya sido tan criticado y olvidado durante décadas. Si os atrevéis con él, no os olvidéis de tener a mano papel y boli, para hacer un mapa de los intrincados palacios.

Desarrollador: Nintendo EAD Música: Akito Nakatsuka

JapónJapón | 1987 | Videojuego |