The Legend of Zelda: Link's Awakening (2019)

The Legend of Zelda: Link's Awakening (2019)

En tiempo de remakes, Nintendo presenta este del Zelda lanzado en Game Boy en aquel lejano 1993. Entonces, “Link's Awakening” asombró a los poseedores de la portátil con un capítulo de la franquicia que conservaba el aura maravilloso de la versión de 16 bits. En este remake lo primero que salta a la vista es una puesta al día gráfica que sabe sacar partido de las capacidades técnicas de Switch. El juego presenta la acción en una especie de pequeño mundo de miniaturas, donde veremos representados los personajes, enemigos y escenarios con gran detalle y una iluminación que realza el realismo de forma mágica. Eso sí, las capacidades técnicas de la consola quedan en entredicho cuando sufrimos ciertas ralentizaciones, algunas a las que no consigo encontrarle mucho sentido.

Aun con ese resultón salto gráfico, el juego conserva esa sensación de organizar todos sus elementos en cuadriculas del mismo tamaño, personajes, enemigos, objetos del escenario... algo que era la norma en aquellos limitados dispositivos enfocados a juegos 2D. Así, este nuevo “Link's Awakening” prácticamente calca el mapeado del juego original, aunque ya no sea necesario moverse por pantallas estáticas. Además, tanto el protagonista como los enemigos suman la posibilidad de moverse y atacar en diagonal. Lo sorprendente es que creo que la jugada les ha salido perfecta, el diseño del juego, la estructura de las mazmorras… son tan buenos como las sentíamos entonces. Por no tocar, hasta han mantenido los exóticos elementos de plataformas a lo Mario Bros que salpican el juego aquí y allá.

Sabiendo el aspecto tan cuqui que han conseguido, reflejado claramente en la portada, y sin olvidar el principal publico objetivo de Nintendo y Switch, ya me olí al principio del juego que si este da la opción de aumentar la dificultad es porque el juego iba a ser muy fácil. Y sin duda que así es. En el nivel normal la dificultad de los combates es ridículamente baja, hasta el punto de que un jugador con cierta experiencia pero sin excesiva habilidad, como soy yo, puede pasarse todo el juego de primeras sin morir ni una sola vez.

Con esa facilidad en combate, el juego propone relajarse y disfrutar de la exploración, ir abriendo el mapeado poco a poco, lo que es puro Zelda. Labor que, sin embargo, también puede suponer una dificultad para los más peques. Por eso Nintendo no se olvida de ir guiando al jugador a cada paso de la aventura, para que nadie se pierda en este pequeño gran mundo de juego, sumando un mapa donde apuntar todo, y una línea directa para conseguir pistas en cualquier momento. Lejos de intentar criticarlo, creo que Nintendo ha hecho un gran trabajo en este sentido, intentando hacer accesible a todas las edades un género algo más complejo. Puede decirse que, sin dejar de ser un juego plenamente disfrutable por adultos y jugadores experimentados, se convierte a la vez en un juego muy didáctico para a las nuevas generaciones que le permitirán dar el salto a géneros más avanzados.

En conclusión, la apuesta de Nintendo por un remake como este no ha podido salir mejor. Les ha bastado con darle un llamativo lavado de cara gráfico al antiguo juego para poner en pantalla una aventura que mantiene intacto ese mágico placer de explorar que tienen los atemporales “The Legend of Zelda” clásicos. Y eso de mantener tantas cosas intactas, y que sin embargo funcionen de forma tan genial, dice mucho y muy bueno de aquel pequeño gran “Link's Awakening” que disfrutamos hace 25 años.

Desarrollador: Grezzo Música: Ryo Nagamatsu

JapónJapón | 2019 | Videojuego |