Super Mario Odyssey (2017)

Super Mario Odyssey (2017)

Uno de los más grandes iconos del videojuego vuelve a protagonizar uno de sus juegos principales, y sin duda volvemos a estar ante otro momento histórico. Quizás los que conocemos a Mario, y por extensión este mundillo, desde hace años somos los únicos que podemos sentir la sensación en toda su plenitud.

Ya solo controlar a Mario nada más empezar su nueva aventura vuelve a ser una gozada, y no sé si por ser un nostálgico del personaje, pero los recuerdos de juegos pasados vuelven a aflorar. Aun con la escasísima dificultad el juego es toda una delicia, y los escenarios están diseñados para los jugadores curiosos, dispuestos a explorarlos hasta el último rincón. El diseño de niveles en los plataformas protagonizados por Mario siempre ha sido magistral, esta es otra ocasión para demostrarlo, cambiando el enfoque completo hacia la exploración. Y es que los escenarios abiertos denotan el cambio desde los “Super Mario Galaxy” hacía un desarrollo menos lineal de las fases, algunas más que otras.

Algunas novedades de “Super Mario Odyssey” van dirigidas a eliminar lo sobrante, como las vidas, que ahora son un coste en monedas, pero es que el juego nunca propone el mismo reto por segunda vez. Y para superar estos retos, la mayoría de dificultad moderada o baja, de cuando en cuando el juego nos descubre nuevas mecánicas, sin abrumarnos, pero sin repetirse nunca, y dejando que el jugador se sorprenda casi continuamente durante decenas de horas, ampliando su kilométrico horizonte jugable. Como siempre en Nintendo, el control es sencillo, pero lográn sacarle todo el jugo posible.

Como pueden ver estoy describiendo un juego muy muy fácil, pero que maneja como ninguno el lenguaje propio del videojuego, para hablar sobre descubrir, sobre mecánicas de juego a cada cual más original, sobre sensaciones jugables que no se pueden percibir sin el mando en la mano. Algo que se contrapone con la pura repetición, las aspiraciones cinematográficas y todos esos males que pueblan en mundo del videojuego en estos tiempos de micropagos, secuelas anuales, grindeos, loot boxes y youtubers haciendo el cabra en juegos online.

Aun así, es un poco triste que el reto de verdad venga una vez visto el final del juego, o que precisamente los jefes finales, pese a su genial originalidad, se queden a medio gas por culpa de su escasísima dificultad. A estas alturas hay que comprender que Mario es de todos, de los jugadores de toda la vida, pero también de los jugadores más jóvenes o menos habilidosos. De esta forma han hecho un juego cuya curva de dificultad lo hace disfrutable para todos. El verdadero desafío para los jugadores veteranos llega al final, es el momento de escudriñar los escenarios y doctorarse en el manejo de Mario. Por eso, para quien quiera saborear de verdad esta obra, es obligatorio intentar conseguir hasta el último coleccionable.

En aspectos técnicos quizás el nuevo título no sea espectacular, pero los diseños son una maravilla. En cuanto a la música, aunque al principio estaba un poco decepcionado, sobre todo cuando recordaba las antiguas composiciones de Koji Kondo en los 80 y 90, por suerte algunos nuevos temas también se me han metido en la cabeza, como la melodía con toques sesenteros del bosque o la rotunda instrumentación japonesa de la guarida de Bowser.

En definitiva, con “Super Mario Odyssey” tenemos entre manos una obra con mayúsculas, un juego para todos, que puede conectar entre generaciones, que no se cansa de innovar en un género tan viejo como los plataformas, y que es, más allá de las modas, lo que debe ser un videojuego, pura diversión.

Desarrollador: Nintendo EPD Música: Naoto Kubo, Shiho Fujii, Koji Kondo

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