Subnautica (2018)

Subnautica (2018)

Puede gustar más o menos, pero creo que todos reconocemos el tremendo impacto que supuso “Minecraft” en el mundo del videojuego. Lo obvio es la cantidad de personas que lo han jugado y lo seguirán haciendo, pero también hay que tener en cuenta como sirve de inspiración para otras producciones, como es el caso que nos ocupa. Comenzamos “Subnautica” haciendo uso de una cápsula salvavidas. Tras aterrizar y apagar un pequeño incendio que nos ayuda a hacernos con los controles y el uso de los primeros artilugios, salimos del pequeño habitáculo. La gran nave en la que viajábamos se encuentra destruida a cierta distancia, sobre un mar que lo cubre todo hasta donde alcanza la vista. Ante nosotros, un nuevo planeta por descubrir… y en el que sobrevivir.

Como en la superficie hay poco que hacer, nuestra vida como naufrago en un planeta extraterrestre comienza con un impulso. Si no hay nada en la superficie pues habrá que saltar al mar. Ya hemos entrado en el juego que propone el estudio “Unknown Worlds Entertainment”. En nuestra primera inmersión descubriremos que el juego nos permite sumergirnos y explorar con libertad. Veremos una extensa orografía submarina, pero sinuosa, con cuevas y recovecos, habitado por una exótica flora y fauna. No tardaremos en subir a la superficie a respirar, porque el tiempo que podemos estar bajo el mar es muy limitado. En nuevas inmersiones advertiremos que podemos recolectar recursos. Investigando en la cápsula salvavidas veremos que contamos con una maquina constructora que permite mezclar recursos para construir nuevos materiales o artilugios, y con ellos cubrir las necesidades de alimento y agua potable, respirar más tiempo bajo el agua… incluso un escáner de objetos. Escaneando el mundo conseguiremos nuevos planos para construir cosas nuevas que nos ayudarán a sobrevivir, explorar y recolectar más y mejor. Pero claro, necesitamos materiales que no están en las cercanías de la cápsula, y nos obligará a explorar un poco más lejos. Pero aventurarnos a nuevos lugares, más lejanos y más profundos, es peligroso. Y así, conforme surgen nuevas necesidades y nuevos peligros, encontramos la forma de solucionarlos y afrontarlos.

Esta explicación que he hecho de una partida refleja que el estudio afincado en San Francisco ha confeccionado de forma minuciosa un título que se asienta firmemente en 4 pilares: supervivencia, exploración, recolección y construcción. Porque, aunque pudiera parecerlo, este mundo acuático no está autogenerado, nada se ha dejado al azar. Y para que no nos sintamos abrumados, paulatinamente el juego nos enseña sus sistemas, aunque dejándonos avanzar según nuestras decisiones. Todo está organizado para que los 4 pilares del juego se retroalimenten entre sí continuamente y el jugador entre en su espiral de juego.

Ahí llegamos al punto de hablar de las sensaciones que transmite todo esto. La primera es el miedo. Al principio la sensación es que te la estás jugando en cada inmersión. La necesidad de oxígeno es el primer peligro. Si bajas mucho, quizás te entretengas recogiendo materiales o te pierdas en una cueva submarina, y no tengas tiempo para volver a la superficie. Además en el océano habitan otros peligros como violentos animales, radiación o altas temperaturas. Mientras que no juegues en el modo con muerte permanente, esto solo te hará perder allí preciados materiales y el tiempo invertido, pero ya es suficiente para conseguir que te sientas perdido, angustiado o perseguido.

Por otro lado tenemos la sensación de descubrimiento. Este fondo marino es un lugar del que cuesta hacerse un mapa mental, al menos al principio, y puede que el miedo a ciertas zonas no invite a visitarlas. Por eso, en la primera mitad del juego nos llegarán unos avisos por radio que nos llevan a otras capsulas, en las que podremos encontrar planos para construir nuevos objetos, y documentos que forman el argumento del juego. En realidad son el cebo que ponen cerca de otros descubrimientos para el que sea mínimamente curioso. Más adelante el juego te suelta de la mano, porque sabe que nos hemos vueltos adictos a esa sensación de descubrimiento. Y es que todo el mundo del juego está construido para despertar en el jugador un afán de exploración que hará que queramos escudriñar cada rincón.

Creo que eso es lo mejor del juego, esa sensación de descubrimiento mezclada con miedo, potenciado aun más cuando la aventura que vivimos se vuelve nuestra aventura. El juego no nos ha colocado en un pasillo, ni nos ha marcado puntos en un mapa. Es el jugador el que decide donde ir, donde explorar, que construir… Puedo explicar en primera persona partes de la aventura, con anécdotas propias, porque de este modo la siento, como mía, distinta a la de cualquier otro jugador. He sido yo, por mí mismo, quien ha descubierto, quien ha construido, quien se ha arriesgado a entrar en esa cueva, etc.. Por eso nunca olvidaré los momentos álgidos de descubrimientos, o cuando conseguía alcanzar lugares que me parecían inalcanzables. Para cada jugador esta será su propia aventura de supervivencia en un mundo extraterrestre.

Sé que igual que yo disfruto explorando y descubriendo, habrá otros jugadores que disfruten simplemente recolectando recursos y creando sus bases submarinas. Es algo que está ahí, en esa espiral de juego, y que puede enganchar a ese otro tipo de jugador para que invierta su tiempo en ello. Pero personalmente en ocasiones he visto esos otros aspectos del juego como un tedio.

Por cierto, como he comentado de pasada antes, el juego cuenta con una historia que se irá desvelando a través de documentos y se encuentra perfectamente integrada con el resto del juego. Así, el argumento de “Subnautica” tiene un trasfondo ecologista, que junto a su trabajado lore, hace aun más interesante nuestra carrera tecnológica por domar la naturaleza de este extraño mundo. Por si faltaba algo, descubrir los misterios del juego me empujaba aun más a seguir explorando.

Por su parte, el juego está perfectamente ambientado, no solo visualmente, también con los sonidos y la música que oiremos puntualmente. Para que tengamos una mayor inmersión en el universo del juego y nos sintamos dentro de la aventura, las interfaces que usaremos durante la partida están integradas en los propios elementos del mundo del juego. Por ejemplo, las opciones están en la PDA del protagonista, e igual ocurre con el control de otros artilugios que usaremos. Por cierto, todo ese lore del que hablaba se encuentra esparcido en las decenas de documentos accesible desde el mencionado PDA, donde tenemos descripciones de hallazgos junto a pistas sobre el crafteo y recolección.

Tengo que hacer mención a algunos problemillas técnicos que he detectado y que me han estropeado la experiencia de juego. He jugado el juego en PS4 y escribo esto ya en 2022, con una versión ya supuestamente estable del juego. Pues resulta que me he encontrado con bastantes crasheos que me han sacado en medio de una partida, obligándome a cargar desde la última vez que guardé. Además de otro detalle que afecta directamente a la jugabilidad, por ejemplo cuando no he visto ciertos materiales que buscaba porque el motor gráfico anda un poco lento renderizándolos. O peor aun, cuando me he quedado encerrado en varias ocasiones por culpa de esa lenta renderización del escenario.

Si no fuera por esos errores técnicos seguro que hubiera disfrutado aun más de un juego que ya he disfrutado de por sí. Habrá quien describa a “Subnautica” como un “Minecraft” submarino con un lore de ciencia ficción y sin tanta construcción. Pero “Subnautica” está planteado mucho más como un juego tradicional, con un final y una historia, y un escenario igual para todas sus partidas. Es curioso como siendo tan diferentes “Subnautica” me recuerda tanto a “Breath of the Wild”, porque resulta que su punto fuerte es el mismo, vivir una aventura propia mientras degustamos el placer de descubrir.

Desarrollador: Unknown Worlds Entertainment Guión: Tom Jubert Música: Simon Chylinski

Estados UnidosEstados Unidos | 2018 | Videojuego |