Snake Escape (2016)

Snake Escape (2016)

A la sombra de exitosos juegos desarrollados por estudios independientes, en la última década hemos vivido otro boom menos conocido, el desarrollo de juegos para hardware antiguo. Especialmente activa ha sido la escena en torno a los microordenadores de 8 bits que vivieron su época de gloria allá por los años 80. En este caso, el activo desarrollador brasileño Einar Saukas adapta al mítico ZX Spectrum a la vez que expande el juego de navegador “Lime Rick” (Tommi Tuovinen, 2013).

En él se toman prestados aspectos del popular juego de la serpiente, en el que el propio cuerpo del animal se alarga para cortarse el paso, para crear un juego de puzzles que se juega sin límites de tiempo ni ningún tipo de stress. En cada uno de los 42 niveles de pantalla fija que encontraremos en el título nuestro objetivo será llegar a una manzana. El juego combina la limitación antes mencionada, con una serpiente que crece en cada movimiento, y sobre la que tendrá efecto una gravedad que nos limitará subir plataformas o nos hará caer por huecos, pudiendo dejarnos bloqueados.

“Snake Escape” nos llevará desde unos primeros niveles algo triviales a modo de tutorial camuflado, hasta los intrincadamente geniales niveles avanzados que pondrán a prueba nuestras capacidades deductivas. Así, personalmente llegué a un punto en el que la dificultad se me hizo algo agobiante y me llevó decenas de minutos completar algún nivel. También es cierto que la última tanda, ya asimilados todos los conceptos necesarios, han terminado por resultarme bastante fáciles, aunque todos ellos disfrutables por igual. Como ocurre en otros grandes juegos de puzzles, me maravilla los intrincados niveles que se consiguen con elementos tan simples.

En el apartado gráfico, “Snake Escape” resulta tan práctico como asombrosamente colorido, ocultando el efecto de coloreado por bloques tan característico de los juegos de ZX Spectrum. Por otro lado, el scroll en el juego es inexistente, y las animaciones de la serpiente extremadamente simples, aunque hay que reconocer que con eso le basta. La exigua banda sonora que nos acompañará durante todo el juego, aunque puede hacerse repetitiva, también es cumplidora y por lo menos no me ha resultado molesta. Diría más, hasta ha conseguido que la tararee de vez en cuando.

Hay que reconocer que para ser jugable en el hardware original le hubiera venido que ni pintado un sistema de passwords para retomar la partida, y también que su medio ideal hubiera sido un dispositivo portátil, ya sea un smartphone actual, o mejor aún, una Game Boy. En cualquier caso, una vez más se demuestra que en contraposición a la mayoría de juegos de la época, en la que su control y jugabilidad eran autenticas torturas, propuestas más prácticas y realmente adaptadas a una maquina tan limitada pueden resultar en títulos hiperjugables entonces, hoy, y hasta el fin de los días. Los puzzles tienen ese singular potencial de diversión, sea cual sea el hardware.

Desarrollador: Einar Saukas Música: Sergey Kosov

BrasilBrasil | 2016 | 5 horas | Videojuego | Puzzle | Plataformas | Relajante | Vista lateral | Pantalla fija | Gráficos 2D | Indie |