Excitebike (1984)

Excitebike (1984)

Hoy todos tenemos claro que Shigeru Miyamoto es el gran genio de la historia del videojuego. Pero aparte de los grandes títulos que todos repetimos para dar muestras de su obra, hay juegos medio olvidados que también son ejemplos claros de su genialidad. “Excitebike” es un gran ejemplo de ello, además desde un enfoque arcade, previo a “Super Mario Bros” o “The Legend of Zelda”.

Este es uno de esos juegos de NES que descubrí a finales de los 80 principios de los 90 con un cartucho multijuego en una Nintendo clónica. En apariencia no era de los que más destacaba entre la selección, pero era inevitable terminar echándose una partida que se alargaba con eso de un intento más y lo dejo. Sus gráficos limpios y eficaces, con un motorista que es puro pixel art antes incluso de que ese termino se acuñara, escondían un tesoro jugable que para mí es de lo mejor de aquellos años, y al que apenas se le nota el paso del tiempo.

En “Excitebike” controlamos una moto de cross desde una perspectiva lateral. Tenemos 5 campeonatos con dos recorridos distintos cada uno. Nuestro objetivo en cada circuito es completar 2 vueltas moviéndonos entre 4 carriles por los que van apareciendo obstáculos. Dependiendo de nuestro tiempo obtendremos una clasificación. Si quedamos entre los 3 primeros, que suele requerir un tiempo de entre un minuto, minuto y medio, pasaremos a la siguiente carrera. Aunque el juego también permite elegir correr directamente desde uno de los 5 campeonatos.

Tras la simpleza de la propuesta, el juego esconde algunos elementos que sin complicarlo mucho completan una jugabilidad que equilibra con maestría el riesgo y la recompensa. Para empezar, podemos acelerar nuestra moto con un turbo extra que irá calentando el motor. Si abusamos de él, la barra de calor del motor llegará al máximo lo que nos obligará a pararnos durante unos preciados segundos. También entre los obstáculos, que pueden derribarnos o bajar nuestra velocidad, encontraremos saltos. Pulsando izquierda o derecha en nuestro pad podemos inclinar la moto en los saltos de una forma increíblemente precisa para la época, y así hacerlos perfectos y no perder velocidad. Hasta ahí los pocos elementos en juego, a partir de ahí un jugador frente al televisor intentando controlarlos y exprimirlos.

Cómo otros juegos arcades de esos años, de géneros generalmente distintos, el juego nos obliga a memorizar sus circuitos y trazar una estrategia para afrontarlos. Partida rápida a partida rápida, porque recuerdo que los circuitos se completan en segundos y entonces no había tiempos de carga, iremos mejorando, y en las carreras más avanzadas llegará el punto en el que requerirá de nosotros una pericia extra y sacar partido a todas sus variables, controlando velocidad e inclinación entre diferentes obstáculos.

El juego incluye dos modos de juegos distintos, uno en el que conducimos solos, y otro con los mismos circuitos pero lleno de otros inoportunos motoristas que no paran de entorpecernos aleatoriamente. Además el juego nos obsequia con un editor de niveles con el que emular a los diseñadores de Nintendo. Un arte efímero que se irá al limbo, junto con nuestros mejores tiempos, en el momento que apaguemos nuestra consola.

A veces es difícil de comprender cómo juegos tan antiguos tienen una sensación de juego tan conseguida. En ese puñado de bits que forman “Excitebike” se logra conjugar unos pocos aspectos elementales con un control exquisito que logra transmitir la inercia de la moto. Sin olvidarnos del sonido, ya que mientras jugamos solo oiremos nuestro motor, y este sirve de feedback jugable dándonos indicaciones de velocidad y calentamiento consiguiendo una asombrosa inmersión. Como en todo buen juego, estas sensaciones solo se perciben realmente al jugarlo. Ya no necesitas tener la suerte de que tu cartucho multijuegos, que supuestamente tenía cientos de ellos, tenga “Excitebike” entre su catalogo. Hoy día la diversión de este juego está a la distancia de varios clicks desde tu navegador.

Desarrollador: Nintendo R&D1

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