Castlevania: Rondo of Blood (1993)

Castlevania: Rondo of Blood (1993)

Décimo juego de la saga Castlevania e inédito por aquellos años fuera de Japón, seguramente por haber quedado como exclusivo del Super CD-ROM² de PC-Engine. Quizás no haber sido apenas jugado en occidente lo haya convertido en un juego más mítico si cabe entre otros juegazos de la saga que sí pudimos catar en sistemas de 8 y 16 bits.

Ya solo ser el primero en formato CD le otorgó nuevas posibilidades. Para empezar, esas vistosas escenas animadas y habladas, que sin llegar a ser FMV, aparecen en momentos clave del juego. Como por ejemplo la intro, que emula, y de que manera, a un anime. Detalles que podían haber quedado en algo anecdótico, como un simple añadido. Pero el espíritu cinematográfico que se respira en el título también tiene su consecución en escenas in-game, por ejemplo, con la presentación y muerte de la gran cantidad de jefes. Es decir, el juego intenta contar una historia, al estilo de otros plataformas de acción cinemática de la época.

En cuanto a la jugabilidad en sí, el juego vuelve a consistir en recorrer las fases de principio a fin sorteando plataformas y acabando con enemigos en el típico juego de plataformas y acción 2D. Pero, sin tratarse de ninguna revolución, nos encontramos un título cuyo diseño de juego está mucho más conseguido que casi cualquier otro juego de aquellos años, incluso que el anterior título de la saga, “Super Castlevania IV”. En esta ocasión los ataques especiales se notan como útiles y equilibrados en la jugabilidad. El control, pese a no tener el látigo multidireccional de aquel, es simple y lleno de posibilidades, y está mucho más pulido. Las fases, los enemigos y los jefes son de una extraordinaria diversidad, proponiendo además situaciones variadas y desafiantes. En resumen, lo conseguido aquí con la formula clásica de Castlevania es extraordinario.

Por otra parte, el juego cuenta con guardado de partida, lo que nos da la posibilidad de intentar cada nivel tantas veces como sean necesarias, con la típica limitación de que si nos quedamos sin vidas hay que comenzar la fase desde el principio. De este modo, en los reintentos tendremos siempre el límite de 3 vidas para completarlo. El juego nos obligará a memorizar rutinas, probar estrategias y ser pacientes. Creo que aquí hay otro acierto, la dificultad está ajustada a la perfección, y en ningún momento se nota injusta.

Si bien en un juego tan lineal como este, la posibilidad de salvar partida (algo que se da por primera vez en la saga) apenas nos ahorra apuntar un password, luego descubriremos que no es así exactamente. Porque puede ser en apariencia un juego lineal, pero algunas fases, que podremos repetir cuando queramos una vez completadas, tienen salidas secretas que nos llevarán a nuevos niveles, o a poder rescatar a cuatro chicas se encuentran cautivas. Una de ellas, por cierto, es un personaje nuevo con el que podremos jugar la aventura al completo. Visual y jugablemente muy distinta al personaje principal, yo entiendo este desbloqueable como el modo fácil. Ir consiguiendo todos estos extras nos permitirá completar el 100% de la aventura. Un extraordinario incentivo a la rejugabilidad.

Antes de hablar de gráficos, hay que entender que este juego ya corría en un hardware antiguo para ese 1993, al tratarse de un juego tardío en el catálogo de la consola. “Rondo of Blood” quizás no tenga el despliegue de efectos del que hacia gala “Super Castlevania IV” pero lo suple con un colorido muy correcto para el harware, y una abultada cantidad de sprites en pantalla y de un tamaño inmenso. Para rematar el despliegue técnico, y seguramente aprovechando la por entonces ilimitada capacidad del CD, el título cuenta con una extraordinaria variedad de assets para enemigos y fondos. En definitiva, un juego que llevaba PC-Engine hasta el extremo.

Antes de terminar tengo que hacer mención a la música, por aquellos años algo tan destacado en producciones de Konami, y Castlevania en particular. Aquí nos encontramos con el plus del formato CD, pero eso no se traduce en que escucharemos la gran obra maestra de Konami, etiqueta que creo que le sienta mejor al anterior Castlevania de Super Nintendo. Eso no quita que sea una gran banda sonora, retomando en su repertorio algunos de los temas más conocidos de la franquicia, a los que se le suman otros nuevos que pasan más desapercibido.

Al principio hablaba de que por entonces nos quedamos sin él en occidente. Fue algo completamente comprensible teniendo en cuenta que, al contrario que en Japón, por aquí la consola tuvo unas ventas muy escasas, llegando incluso su expansión de CD-Rom a ser inédita en Europa. Konami no quiso desaprovechar el tremendo juegazo que les había salido, y un par de años más tarde lanzaron una conversión para el cerebro de la bestia. Pero el juego quedo lejos del original. Los aficionados reconocieron más digna la versión que llevaba la acción a las 2.5D en el posterior remake para PSP. En cualquier caso, los emuladores siempre han estado ahí para permitirnos disfrutar de juegos tan únicos como este.

Ya solo jugablemente, “Rondo of Blood” es un juego de plataformas y acción sobresaliente, que además exprime el hardware en el que corre. Hay que felicitar a la Konami de los 90 por alcanzar finalmente el techo de su formula clásica con él. Aun hoy día es un título igual de extraordinario, con merecimientos propios, y no solo por ser la antesala del gran título y revolución de la saga, “Symphony of the Night”.

Desarrollador: Konami Música: Akiropito, Keizo Nakamura, Tomoko Sano, Mikio Saito

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